El Trastorno por Ataques de Pánico, los ataques de pánico y el punto de vista holístico
Desde su comienzo la medicina ha tenido la necesidad de categorizar los problemas que pueden ocurrir al cuerpo humano para entenderlos y luego curarlos. De la misma manera, la psiquiatría ha tenido la misma necesidad, intentado dar unas etiquetas a los problemas psíquicos para encontrar similitudes, diferencias; para entenderlos mejor y luego curarlos.
A diferencia del cuerpo, los problemas de la mente son algo más complicados de categorizar. El esfuerzo de encontrar analogías o diferencias ha sido importante y en la historia ha producido puntos de vistas, teorías y explicaciones a veces muy discordantes entre ellas. Además la práctica clínica siempre es un poco diferente de la teoría y lo que, según la teoría, debería ser de una forma en la práctica se confunde, se matiza, se solapa.
En nuestro blog hemos ya tratado el problema de los ataques de pánico, especificándolo como un problema en sí. Aquí queremos matizar la explicación diferenciando lo que los psiquiatras llaman Trastorno por Ataques de Pánico y los ataques de pánico.
El estudio de los Ataques de Pánico en la Antigüedad
En la historia, el Trastorno por Ataques de Pánico ha sido delineado ya a partir del IV siglo a.C por el griego Hipócrates de Cos, que describía los síntomas típicos de este problema como las palpitaciones, el sofocamiento, presione al pecho etc. Hipócrates incluía estos síntomas en la misma categoría de la Histeria. Bajo esta misma etiqueta diagnóstica, que ha tenido una historia muy larga y ha sido utilizada hasta hace relativamente poco, estaban incluidos también síntomas similares a la epilepsia, parálisis de las extremidades, ceguera momentánea, pérdida de conciencia y capacidad de habla, que ahora se llaman Trastorno Conversivo (o Trastorno Neurológico Funcional), síntomas parecidos a la Anorexia y síntomas parecidos al Trastorno de Dolor. Todos estos síntomas tienen en común que son mutables y que hoy sabemos que son psíquicos y no orgánicos. Otra cosa en común es que en la Antigüedad estaban más presentes en las mujeres que en los hombres, por esto el nombre histeria que derivas del griego usteros, el útero. Según Hipócrates, etiología mantenida durante muchos siglos, la causa del problema era que el útero femenino se movía en el cuerpo de la mujer y que allí donde se paraba causaba malestar y síntomas diferentes.
El Trastorno por Ataques de Pánico en la Edad Moderna
Al principio el siglo XVIII, Boissier De Sauvage utilizó la palabra Vértigo Histérica para describir el Trastorno por Ataques de Pánico, pero ya a mitad del mismo siglo se empezó a hablar de Neurosis Funcional. En 1871 Da Costa, un médico militar, describió en algunos soldados una sintomatología caracterizada por un miedo intenso y síntomas somáticos cardio-respiratorios que definió Irritable Heart Disease (enfermedad del corazón irritable). El primer paso significativo hacia la descripción nosográfica actual fue llevado a cabo por Sigmund Freud en 1894, cuando lo separó de la Neuroasthenia, una categoría de trastornos que definía Neurosis de Angustia. Esta categoría se caracterizó por una sintomatología más limitada y homogénea que incluía ansiedad libre y crónica («expectativa de ansiedad») y ansiedad aguda caracterizada por síntomas psicofísicos muy cercanos a la descripción actual del ataque de pánico. Hay que esperar hasta 1980, con la publicación del DSM-III, para que al Trastorno por Ataques de Pánico se le reconozca el estado de la entidad nosográfica autónoma en el ámbito de los trastornos de ansiedad.
Ataques de pánico en otros trastornos psicológicos
Si es verdad entonces que el Trastorno por Ataques de Pánico es diferente de los demás trastornos de ansiedad y de los demás trastornos que antes se diagnosticaban como histeria, es verdad también que tiene en común con ellos la gran variabilidad de los síntomas y que se trata de un malestar que se siente primariamente en el cuerpo y que da la sensación de un problema orgánico a quien lo padece por primera vez.
Así mismo, y aquí volvemos a lo que estábamos explicando al principio de este artículo, una cosa es el Trastorno por Ataques de Pánico como categoría diagnostica en sí y otra es tener un ataque de pánico, un síntoma que se puede dar en otros cuadros que presentan otras etiquetas por ejemplo en el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
Ya que, como hemos evidenciado anteriormente, la clínica es diferente de la teoría, tener un ataque de pánico o tener algún pensamiento obsesivo o alguna fobia no son cosas que se excluyen y que se pueden presentar en el mismo paciente en el mismo periodo.
El lenguaje de los síntomas
En nuestro anterior artículo se hacía hincapié sobre la idea de que los síntomas hablan, que nos hablan, así que la psique utiliza el cuerpo de diferentes maneras para expresar lo que tiene que decir. Así que, igual que las ideas obsesivas están allí porque tienen un significado y no son algo que nos ha pasado y que tenemos que quitarnos como si fuera un quiste; los ataques de pánico tienen un sentido y nos hablan de un problema que no ha tenido otra manera de aflorar a nuestra conciencia que utilizar esta forma. A veces los síntomas no sólo nos hablan a nosotros, sino también a los demás. Por supuesto, hablan a nuestro terapeuta, el que nos puede acompañar en nuestro proceso de cura, pero seguramente también hablen a las personas que están al nuestro alrededor. Le comunican nuestro sufrimiento, y quizás también cosas que hasta aquel momento no hemos podido comunicar, que no hemos podido expresar.
El punto de vista holístico del Trastorno por Ataques de Ansiedad
En la medicina, cada síntoma o categoría de síntomas representa una problema diferente con una cura diferente. En la psicología, sobre todo la psicología que tiene un punto de vista más holístico (que considera importante el conjunto de mente y cuerpo) sobre la persona y su ambiente, no siempre categorías de síntomas diferentes representan problemas diferentes y sobre todo no siempre problemas diferentes tienen que ser tratados con técnicas o instrumentos diferentes. Volviendo al ejemplo de los síntomas de ataques de pánico y de las ideas obsesivas, un paciente que se despierta con ansiedad y con ataques de pánico por la mañana y que luego por la tarde tiene ideas obsesivas no quiere decir que tenga dos problemas completamente diferentes que tienen que ser tratados con metodologías diferentes. Se podría hipotetizar que el cuerpo de este paciente habla por él, comunicando que la ansiedad y los ataques de pánico por la mañana representan el miedo a las ideas obsesivas que el paciente prevé que por la tarde le vendrán. No estamos en frente a dos problemas, si no la consecuencia psicofísica de un mismo problema abordable de la misma manera, ósea, viendo la persona en su conjunto y no como la suma de sus síntomas.
Raffaele Tuccillo
Psicólogo Clínico
IPITIA – Barcelona