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Síntomas Físicos del TOC

Como el TOC es un tipo de trastorno de ansiedad, los síntomas físicos son los mismos esencialmente que cualquier otro trastorno de ansiedad.

Conocer los síntomas físicos de la ansiedad y del trastorno obsesivo compulsivo te ayuda a saber mejor cómo funciona, cómo tratarlo y cómo reaccionar cuando la ansiedad comienza a aumentar. 

Es importante conocer las señales necesarias del cuerpo cuando algo va mal para actuar en consecuencia ante situaciones como una elevación de la ansiedad, un ataque de pánico, un bucle de pensamientos obsesivos u otras situaciones estresantes similares. 

 

¿Tiene el TOC síntomas físicos? 

 

El TOC es un trastorno producido por un alto nivel de ansiedad, que se manifiesta en forma de obsesiones y compulsiones. 

 

Sin embargo, las obsesiones y compulsiones, que son los síntomas definitorios del TOC, son síntomas psicológicos. Pero la ansiedad, así como el TOC, puede tener también síntomas físicos. 

 

Los síntomas físicos de la ansiedad se deben a que ésta es una respuesta del cuerpo ante un posible peligro. Cuando hay un peligro, el organismo se prepara para una huida o ataque. Es una respuesta del sistema nervioso.

 

Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad (como el TOC), ven como estos síntomas aparecen sin haber un peligro real. Situaciones no dañinas son reconocidas por su cuerpo como tal por esa tensión que tienen dentro. 

 

Ejemplo: una reunión social es inofensiva, pero una persona con alta ansiedad interna puede percibirlo como una situación tensa. Su cuerpo podría reaccionar con mareos, palpitaciones, sudoración, etc. 

 

Si comienzas a sentir síntomas físicos de la ansiedad, lo mejor es acudir a un médico. Si te confirma que se trata de ansiedad, tendrás que acudir a un profesional de la salud mental. 

 

De todas formas, recuerda que lo que te alertará de un posible TOC no son estos síntomas físicos, sino la aparición de pensamientos obsesivos e intrusivos y (en casos más graves, pero no todos) de rituales compulsiones. 

 

¿También hay compulsiones físicas que pueden confundirse con “tic”?

 

Los síntomas definitorios de un TOC son las obsesiones y, en los casos más graves, las compulsiones. Las compulsiones y los tics son cosas diferentes. 

 

La persona con TOC tiene un alto grado de ansiedad interna. Las compulsiones son una respuesta a esa ansiedad. 


La persona con TOC realiza una serie de rituales para obtener un alivio momentaneo de su ansiedad. Este alivio es muy a corto plazo. Por ejemplo: algunas personas con TOC de limpieza pueden lavarse muchas veces las manos. 

 

Las compulsiones consumen mucho tiempo y afectan negativamente a la rutina diaria de la persona. 

 

Los tics son movimientos involuntarios del cuerpo o la musculatura (habitualmente de la cara). La persona con un tic no puede controlarlo, aunque generalmente no requieren parar la rutina diaria de la persona para ser realizados. 

 

Los tics se producen por diferentes razones, incluyendo la hereditaria.  La ansiedad también puede influir. En ocasiones forman parte de un trastorno (como por ejemplo el Síndrome de Tourette) 

 

Una persona con TOC puede tener tics o no tenerlos. Una persona que tenga tics puede tener TOC o no tenerlo. No hay una relación necesaria entre tic y TOC. Aunque en ambos casos, la ansiedad juega un papel importante. 

 

Las compulsiones no son movimientos involuntarios del cuerpo. Aunque tampoco podemos decir que la persona realice estos rituales voluntariamente, ya que lo hace empujada por un elevado nivel de ansiedad.

 

¿Cuáles son los síntomas físicos del TOC? 

 

Cuando hablamos de los síntomas físicos hablamos de los cambios fisiológicos que sufre el cuerpo, no de la realización de compulsiones. 

Ya que el TOC proviene de un elevado nivel de ansiedad interna, sus síntomas físicos son los mismos que los de la ansiedad.

Éstos se producen como una respuesta a un posible peligro, preparando al cuerpo para atacar o escapar (aunque en realidad no hay peligro). 

Algunos síntomas pueden ser: 

  1. Incremento en el ritmo cardiaco y fuerza del latido. 
  2. Cambio en el flujo sanguíneo
  3. Dedos fríos, entumecidos o con hormigueo. 
  4. Incremento en la velocidad y profundidad de la respiración
  5. Mareo
  6. Visión borrosa
  7. Acaloramiento. 
  8. Incremento de la sudoración. 
  9. Pupilas dilatadas. 
  10. Disminución de la salivación. 
  11. Menor actividad en el sistema digestivo
  12. Músculos en tensión, con posibles dolores, temblores y sacudidas.
  13. Cansancio y agotamiento. 

 

(1/11) Incremento del ritmo y fuerza del latido: el cuerpo se prepara para atacar o escapar. Por eso necesita más oxígeno en los tejidos, es decir, un aumento del flujo sanguíneo. Por eso el corazón late con fuerza y acelerado cuando hay ansiedad. 

 

(2/11) Cambios en el flujo sanguíneo: la sangre se retira de donde no se necesita (piel y dedos) para dirigirse a los músculos que más la necesitan ante una huida o ataque (muslos y bíceps) 

 

(3/11) Entumecimiento y hormigueo en los dedos y piel fría: estos síntomas se producen precisamente por esos cambios en el flujo sanguíneo, al dejar de recibir sangre. 

 

(4/11) Incremento en la velocidad y profundidad de la respiración: como decíamos antes, el cuerpo necesita más oxígeno. Sin embargo, esta hiperventilación puede producir sensación de ahogo, dolores y opresión en el pecho. 

 

(5/11) Mareo, visión borrosa, confusión y calor: todos estos síntomas se producen por el menor aporte de sangre a la cabeza. La reducción del aporte de sangre es muy ligera y los síntomas no son peligrosos (aunque son desagradables). 

 

(6/11) Incremento de la sudoración: hace la piel resbaladiza y sirve para enfriar el cuerpo. 

 

(7/11) Menor salivación: hace que la boca esté seca. 

 

(8/11) Pupilas dilatadas: las pupilas se dilatan para dejar pasar más luz. Esto puede producir visión borrosa y puntos luminosos. 

 

(9/11) Menor actividad del sistema digestivo: esto produce náuseas, pesadez de estómago y estreñimiento. 

 

(10/11) Tensión de los músculos: al prepararse para la huida o el ataque, los músculos se tensan. Esto produce dolores y a veces también temblores y sacudidas. 

 

(11/11) Sensación general de acaloramiento, cansancio y agotamiento por la energía empleada en todo el proceso. 

 

¿Son los ataques de pánico un síntoma del TOC? 

 

Los ataques de pánico no son síntoma del TOC. 

Están más relacionados con la ansiedad en sí que con el TOC. Los síntomas que definen el TOC son, en realidad, las obsesiones y las compulsiones. 

Sin embargo, una persona con TOC tiene una alta ansiedad así que, aunque no sea un síntoma propio del TOC, puede haber casos en los que se presente un ataque de pánico. 

Los ataques de pánico aparecen cuando el nivel de ansiedad es más alto o ante una situación de estrés continuado y agudo, la cual vemos que no podemos sostener. 

La persona siente que el ataque de pánico ha aparecido repentinamente y sin motivo. Que es algo aleatorio. 

Pero en realidad no es así. Siempre hay una causa, algo que le preocupa especialmente y que, ante esa situación de estrés, aparece el ataque de pánico como reacción. 

Los síntomas físicos de un ataque de pánico son los mismos que la ansiedad pero en un grado más alto: mareos, sensación inestable, taquicardia, sensación de falta de aire, de ahogo… 

Para prevenirlos es importante conectar con sus emociones para ver de dónde llega la ansiedad.

Si tienes un ataque de pánico, acude al médico para una revisión. Si se confirma que es ansiedad, deberas acudir a un profesional de la salud mental.

 

Más allá de los Síntomas físicos: los síntomas psicológicos del TOC. 

 

Al igual que con los síntomas físicos, en el TOC hay una serie de síntomas psicológicos que son producidos por la ansiedad interna. La ansiedad no es síntoma, sino causa. 

Los síntomas psicológicos más comunes del TOC son las obsesiones y las compulsiones. De hecho, son los síntomas que indican que nos encontramos ante un trastorno obsesivo compulsivo. 

Las obsesiones son pensamientos constantes, intrusivos y recurrentes sobre un tema. Las compulsiones son actos de conducta o actos mentales que la persona realiza para intentar aliviar esa ansiedad. 

Pero además, en el TOC hay también otros síntomas psicológicos: dudas constantes, miedo a determinadas situaciones, evitación de situaciones, acciones o lugares, sentimientos de culpa, preocupación por el qué dirán, rigidez mental (una visión estricta de las cosas e incapacidad para transgredir esos límites aunque vaya contra las propias necesidades), etcétera. 

Estos son algunos ejemplos, aunque puede haber muchos más. Son todos síntomas psicológicos secundarios, ya que los principales, los que indican que estamos ante un TOC, son las obsesiones y las compulsiones. 

Tanto obsesiones como compulsiones pueden presentarse a la vez en los casos de mayor ansiedad (TOC) o, en otras ocasiones, sólo las obsesiones (Trastorno Obsesivo puro). 

Además, al TOC se le suman síntomas psicológicos propios de la ansiedad: Cansancio, problemas de atención, de concengtración, problemas de memoria, fácil distracción, etc. 

 

¿Qué es una neurosis obsesiva y cuáles son sus síntomas?

 

La neurosis obsesiva no es un tipo de TOC, pero es un trastorno que comparte algunas similitudes. Ambos son producidos por la ansiedad. 

En una neurosis obsesiva hay un nivel de ansiedad muy alto que  lleva a pensamientos obsesivos durante mucho tiempo. Pero a diferencia del TOC, estos pensamientos no son intrusivos. 

En un TOC, la persona percibe los pensamientos como algo intrusivo, que aparece de repente, de forma involuntaria y que representa imágenes que no son propias ni desea. Por ejemplo: miedo a hacer daño a alguien. 

En la neurosis obsesiva, sin embargo, sí son pensamientos propios y voluntarios, aunque sean obsesivos. Por ejemplo: estar bien con el trabajo.

Además de los síntomas típicos de la ansiedad, algunos síntomas psicológicos propios de la neurosis obsesiva son: 

 

– Agobio por los sonidos externos, especialmente los que se suelen repetir de forma rítmica, como sonidos de la comida (otra persona comiendo, especialmente, alimentos crujientes)

– Ver patrones en superficies irregulares, tanto voluntariamente como involuntariamente.

– Dificultad con las imperfecciones físicas de los demás.

– Rigidez mental: al igual que en el TOC, en la neurosis obsesiva se ven las cosas de forma extrema (totalmente malas o totalmente buenas) lo que dificulta la toma de decisiones. 

Recuerda que es el profesional de la salud mental (psicólogo o psiquiatra) quien debe diagnosticar si se trata de un TOC, de una neurosis obsesiva o de otro trastorno de ansiedad.

 

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