Una idea terapéutica para el IPITIA
Trato de buscar la raíz de todas las problemáticas que tratamos, especialmente de los trastornos obsesivos.
Todo el conocimiento, teórico y práctico, que he ido adquiriendo a lo largo de mi vida, como estudiante o como profesional de la psicología, nunca lo he puesto al servicio de mi ego sino al servicio de la eficacia terapéutica y esta se traduce en la liberación del sufrimiento psíquico del paciente.
Eso ha hecho que mi afán intelectual se basa en ir a la raíz de los problemas buscando el modo de simplificarlos en la medida de lo posible hasta dar con aquellos elementos fundamentales y necesarios en la curación de un paciente.
He leído libros de toda índole: científicos, humanistas, filosóficos, esotéricos, pragmáticos, especulativos, sabios, construcciones intelectuales que son mera entelequia, remedios de todo tipo, excelentes, mediocres, pésimos… Y con lo único que me quedo es con aquello que funciona a nivel terapéutico.
Método AFOP®
El método AFOP que he desarrollado es eficaz porque enfoca la problemática obsesiva y ansiógena desde otra perspectiva y por tanto, como digo en mi libro, aquello que se hace simple se vuelve fácil.
Nunca me he conformado con aceptar lo que no funciona. ¿Por qué he de aplicar algo que, por muy oficial que sea, no sirve para el fin para el que fue creado?
Mi heterodoxia, a todos los niveles, nunca se ha basado en nada no aplicable puesto que mi pragmatismo podría llegar a concebirse como radical, y toda especulación teórica no traducible de algún modo al objetivo definido, en el caso que nos ocupa la curación del paciente, directamente me aburre y la percibo como un estorbo.
La especulación filosófica o psicológica así como el reduccionismo simplón ocultan en muchas ocasiones la incapacidad terapéutica. Y ni quiero que nuestros pacientes se conviertan en enciclopedias de sí mismos, fomentando una neurosis, a veces, incapacitante, ni pretendo tratarlos como ratitas entrenables para actuar de un modo u otro.
La complejidad del ser humano pasa, en primer lugar, por aceptar su componente animal, en segundo por respetar la diversidad individual y en tercero por asumir la libertad como destino de todo hombre y mujer que pretenda vivir en un estado de equilibrio.
Vivir en armonía consigo mismo para poder encontrar su lugar en el mundo.
Mi carácter aunque amable no es acomodaticio y no me adapto a lo que se espera oír de los psicólogos actuales, esa psicología balsámica, postmoderna y bonita que es más un “lifestyle” que una fuerza transformadora y liberadora del padecimiento.
En el IPITIA no somos cómodos ni decimos obviedades ni creemos en un solo estilo de vida, es por eso que somos diferentes y efectivos.
Psicólogo Clínico
Analista junguiano
Director del IPITIA
