¿Quién soy yo?
Hoy abordaremos la identidad a través de lo que podría ser una pregunta sencilla y que en un momento dado muchas personas se hacen pero que no siempre saben cómo responder ¿Quién soy yo?
Desde la práctica psicoterapéutica en el tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo, la identidad es un elemento firme que se debe trabajar para la funcionalidad del propio paciente. Antes de adentrarnos en cómo desarrollar y fortalecer la identidad y cuales son las causas del problema abordaremos el concepto.
‘Se define como identidad a la serie de características, rasgos, informaciones, que singularizan o destacan a algo o alguien, ya sea, una persona, una sociedad, una organización, entre otros y que además contribuyen a la confirmación de afirmar que se es lo que se dice ser’.
Como apreciamos en la definición, la identidad, constituye una serie de elementos que requieren de un proceso laborioso de construcción y que nos ayudan no sólo a identificarnos y desarrollarnos como individuos sino también a integrarnos en un contexto, grupo y posicionamiento vital movilizado por la confirmación de uno mismo y la adaptación con el entorno.
Teniendo en cuenta la trayectoria social del último decalustro podemos decir que vivimos en una época donde la identidad ha adquirido una notoria relevancia. Esto se debe a los importantes cambios culturales reflejados en las modificaciones de la sociedad actual. Una sociedad que se ha globalizado con el paso del tiempo y que con la revolución tecnológica y de los medios de comunicación ha transformado los roles sociales dando más posibilidades y opciones de vida con una oferta mucho más amplia de comportamiento.
Cambios reflejados en las relaciones personales, de pareja, familia, vida laboral, roles sexuales e identidad cultural.
Pero qué pasa cuando hablamos de Trastorno Obsesivo Compulsivo e identidad.
Si bien la identidad es un conjunto de pensamientos, recuerdos, valores que constituyen el carácter, personalidad, forma de vida y actuar y que además tiene una estructura dinámica en adaptación al medio. Las personas que padecen un Trastorno Obsesivo Compulsivo viven con la dificultad de un pensamiento que en forma de obsesiones no controladas les distancia de la vida y del entorno generando dificultades en la construcción de la propia identidad y por lo tanto ocasionando problemas a la hora de adaptarse.
Estos problemas de adaptación pueden ocurrir por diversos motivos que ocasionan una deficiencia de relaciones sanas. Personas excluidas de su entorno y que, en compensación de una baja autoestima y determinación, se sobre adaptan anulándose a sí mismos por la satisfacción de complacer a los demás y evitar el rechazo.
Tengamos en cuenta que las personas con TOC poco a poco se inhiben adquiriendo una posición vital colapsada por la ansiedad, el miedo y la dificultad de tomar decisiones hasta tal punto que en muchas ocasiones dejan de saber quienes son y qué quieren y lo único que les acaba definiendo por error es su trastorno y todo lo que él representa.
En la mayoría de casos nos encontramos con lo que Erik Erikson llamó ‘difusión de la identidad’ concepto que se usa cuando la persona no ha logrado construir un concepto realista de sí misma atendiendo a sus características personales.
¿Cuáles son las causas?
Las causas que ocasionan estos problemas de identidad están estrechamente relacionadas con las mismas causas subyacentes al desarrollo del Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Vivir bajo una ansiedad constante proveniente del miedo y mayoritariamente originada por una situación altamente estresante a lo largo de la niñez y de la juventud como puede ser el acoso, el abuso, el maltrato, el rechazo en la escuela y/u otros hechos traumáticos combinados con otra serie de factores.
Más información: las causas del TOC en la infancia
Si bien decimos que las personas con TOC dejaron de vivir la vida para pensarla, dejando de lado su naturaleza más primaria e instintiva para sustituirla por el control, también podríamos decir que estas mismas causas interfieren en el desarrollo pleno de la identidad personal que se construye en gran medida en interacción con los otros y uno mismo.
La identidad da valor al sentido del ser pero si el ser, persona, está dañada y no encuentra sentido a su propia existencia puede pasar por un período de crisis de identidad. Sin embargo si no se logra adquirir un concepto realista de uno mismo hablaremos de una identidad difusa donde no hay coherencia con lo que uno es e implica dificultades en el reconocimiento del yo, es decir, no se ha definido la identidad.
La experiencia y la autoestima son muy importantes en la construcción de la identidad.
‘Jaspers Karl en La filosofía de la existencia 1985, plantea que el hombre toma conciencia de sí mismo como del mundo que lo rodea cuando entra en un periodo de crisis el cual solo puede superar tomando dicha conciencia’.
¿Cómo desarrollar y fortalecer la identidad?
LLegados a este punto es importante identificar las causas que han generado el problema. Una vez identificadas el trabajo terapéutico puede tomar diversos caminos en los que muy probablemente se abordarán valores, instinto, referentes, autoestima, independencia, sentido de pertenencia, aficiones, autodeterminación y estructura y todos aquellos aspectos que ayudan a la persona definirse y reconocerse tanto a sí mismo como en relación con los demás.
Valores: Los valores nos ayudarán a conducir nuestra vida de una determinada manera serán una guía para nuestro comportamiento. Es importante que estos estén en sintonía real con la persona más allá de la aceptación moral de los mismos. Muchas veces se dice tener un valor pero a efectos reales no nos identifica ni se ponen en uso o por el contrario su práctica genera más conflictos que beneficios a la persona.
Referentes: Los referentes nos sirven de modelo y nos ayudan a aprender y desarrollarnos personal y profesionalmente sobretodo cuando el entorno como es la familia, maestros… no nos sirven ni identifican. Desde la lectura de biografías, búsqueda de trayectorias personales y profesionales de personas que admiras o desde la conexión arquetipal podemos descubrir y reforzar la identidad.
Pulsión e Instinto: Conectar con el instinto y la pulsión a través del método Analítico- Experiencial con diversas técnicas que te ayudarán a conectar tu esencia vital.
Autoestima La autoestima irá en aumento conforme vivamos con mayor honestidad con nosotros mismos poniendo en práctica nuestros valores y obteniendo no solo el propio reconocimiento si no también el de nuestro entorno. Trabajar por el bien propio adquiriendo posicionamiento vital. Para tener una buena autoestima es importante aprender a protegerla y cuidar de ella sin anteponer los deseos de otros a los nuestros propios ni tampoco sobre adaptarse al otro como costumbre para evitar el conflicto y obtener beneplácito de los demás.
Sentido de pertenencia e independencia. La identidad es dialéctica su construcción no es un trabajo solitario e individual se modifica en el encuentro con el otro, cuya mirada tiene un efecto sobre ella. Pertenecer a un grupo ayuda al reconocimiento de uno mismo. Los otros me definen y yo me defino con relación a ellos. Este sentido de pertenencia no debe de confundirse con la dependencia donde ocurre justamente lo contrario a lo que queremos trabajar. En la dependencia dejamos de funcionar por nosotros mismos y nos adaptamos en exceso al funcionar de otra persona.
Aficiones y pasiones Encontrar actividades que te hagan disfrutar, te definan y que despierten tus intereses generando un sano compromiso.
Máscaras Más allá de los motivos y funciones de las máscaras hay algo que es importante saber a la hora de fortalecer la identidad. Trás la máscara se ocultan elementos de lo que realmente uno es. La máscara nos permite aparentar algo que no somos como también protegernos de ciertas situaciones. Dar con ellas nos ayudará a conocer mejor quienes somos cómo también afrontar con determinación ciertas circunstancias dejando más definida la proyección de nuestra identidad.
En este artículo hemos hablado de problemas comunes de identidad que tienen personas con TOC. Es posible superar estos problemas. Sin embargo, puede ser difícil hacerlo por tu cuenta.
Si después de leer este artículo te gustaría saber más sobre cómo mejorar tu vida y deshacerte del TOC y sus consecuencias y/o te gustaría pedir una visita, nos puedes llamar a +34 935 282 353 o escribir a info@ipitia.com.
Sergio Lara
Psicólogo Clínico
NºCol.:19697
IPITIA